jueves, 15 de octubre de 2020

MODERNISMO EN BURGOS


MODERNISMO EN BURGOS

A finales del siglo XIX y principios del XX hasta aquellos felices años 20, de días de vino y rosas, dejaron tras de sí una estela cultural, estética y arquitectónica que estalló en crisis en los 30.

Tras de sí dejó referencias históricas, literarias, musicales pero también arquitectónicas. El estilo modernista, elevado a los altares por Antoni Gaudí, tuvo siempre un atractivo para Javier Castañeda, cántabro de nacimiento y burgalés de adopción. Tras diversas estancias en diferentes puntos de Cataluña vivir en Reús, localidad natal de Gaudí, el interés por esta expresión arquitectónica se convirtió ya en una necesidad por conocer más. Tanto así que se ha pasado 30 años recorriendo diferentes rincones de España donde hubiera edificios modernistas. «Siempre me han gustado estas construcciones y lo que empezó como una afición, un interés por saber, recopilar datos se volvió en una necesidad de ver y conocer». Tanto es así que acumula en su casa más de 5.000 fotos de edificios modernistas. Pero no hace falta ir muy lejos para visitar y conocer las características de este tipo de arquitectura: decoración recargada con motivos vegetales, fauna fantasmagórica en ocasiones, columnas, ménsulas, formas redondeadas y libres de aristas, uso de colores o cerámica troceada.

 Burgos capital y Briviesca cuentan con ejemplos de edificación modernista.

El elemento más conocido de este tipo de arquitectura es el Edificio Mercurio recientemente restaurado. «Fue un encargo de las hermanas Carmen y Magdalena Blanco y Bohigas al arquitecto Vicente Lampérez» refleja Castañeda quien remarca la figura de Mercurio, Dios del Comercio, la decoración floral  hojarasca y los balcones de hierro como elementos de un edificio modernista a pesar del ladrillo. Pero no es el único referente de este tiempo de esplendor en el que «la burguesía quería demostrar su riqueza con estos arquitectos renombrados y este estilo arquitectónico que estaba de moda».

  
Así las grandes puertas de madera llenos de figuras alegóricas presentes en el Ayuntamiento de Burgos y el acceso al Salón de Recreo del Teatro Principal, y su vestíbulo, son un gran ejemplo de ello. Del mismo estilo con adornos florales y grandes ventanales y vidrieras es la Farmacia Castellanos de Grado en el Paseo del Espolón de José Villamayor.
La ruta de la arquitectura modernista por Burgos sigue en el edificio de viviendas del Paseo del Espolón, 4 ideado por Saturnino Martínez en 1908, una casa en el barrio de Las Huelgas (calle Alfonso VIII, 9), el edificio del Paseo del Espolón, 24 diseñado por José Tomás Moliner en 1924 o las cerámicas vidriadas de la prestigiosa empresa Hnos Maumejean que se pueden ver en la entrada delHotel Norte y Londres. Esta ruta podría terminar en Briviesca donde la casa de los Salamanca es un exponente de los toques modernistas que a principios del siglo XX se daba a las antiguas casas solariegas.

 


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