MODERNISMO EN BURGOS
A finales del siglo XIX y principios del XX
hasta aquellos felices años 20, de días de vino y rosas, dejaron tras de sí una
estela cultural, estética y arquitectónica que estalló en crisis en los 30.
Tras de sí dejó referencias históricas,
literarias, musicales pero también arquitectónicas. El estilo modernista,
elevado a los altares por Antoni Gaudí, tuvo siempre un atractivo para Javier
Castañeda, cántabro de nacimiento y burgalés de adopción. Tras diversas
estancias en diferentes puntos de Cataluña vivir en Reús, localidad natal de
Gaudí, el interés por esta expresión arquitectónica se convirtió ya en una
necesidad por conocer más. Tanto así que se ha pasado 30 años recorriendo
diferentes rincones de España donde hubiera edificios modernistas. «Siempre me
han gustado estas construcciones y lo que empezó como una afición, un interés
por saber, recopilar datos se volvió en una necesidad de ver y conocer». Tanto
es así que acumula en su casa más de 5.000 fotos de edificios modernistas. Pero
no hace falta ir muy lejos para visitar y conocer las características de este
tipo de arquitectura: decoración recargada con motivos vegetales, fauna
fantasmagórica en ocasiones, columnas, ménsulas, formas redondeadas y libres de
aristas, uso de colores o cerámica troceada.
Burgos capital y Briviesca cuentan con ejemplos
de edificación modernista.
El elemento más conocido de este tipo de
arquitectura es el Edificio Mercurio recientemente restaurado. «Fue un encargo
de las hermanas Carmen y Magdalena Blanco y Bohigas al arquitecto Vicente
Lampérez» refleja Castañeda quien remarca la figura de Mercurio, Dios del
Comercio, la decoración floral hojarasca y los balcones de hierro como
elementos de un edificio modernista a pesar del ladrillo. Pero no es el único
referente de este tiempo de esplendor en el que «la burguesía quería demostrar
su riqueza con estos arquitectos renombrados y este estilo arquitectónico que
estaba de moda».
Así las grandes puertas de madera llenos de
figuras alegóricas presentes en el Ayuntamiento de Burgos y el acceso al Salón
de Recreo del Teatro Principal, y su vestíbulo, son un gran ejemplo de ello.
Del mismo estilo con adornos florales y grandes ventanales y vidrieras es la
Farmacia Castellanos de Grado en el Paseo del Espolón de José Villamayor.
La ruta de la arquitectura modernista por Burgos
sigue en el edificio de viviendas del Paseo del Espolón, 4 ideado por Saturnino
Martínez en 1908, una casa en el barrio de Las Huelgas (calle Alfonso VIII, 9),
el edificio del Paseo del Espolón, 24 diseñado por José Tomás Moliner en 1924 o
las cerámicas vidriadas de la prestigiosa empresa Hnos Maumejean que se pueden
ver en la entrada delHotel Norte y Londres. Esta ruta podría terminar en
Briviesca donde la casa de los Salamanca es un exponente de los toques modernistas
que a principios del siglo XX se daba a las antiguas casas solariegas.
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