lunes, 6 de mayo de 2024

SEPULCRO DEL OBISPO LUIS DE ACUÑA

 CENOTAFIO - Monumento funerario en el cual no está el cadáver del personaje a quien se dedica.

El sepulcro del obispo Luis de Acuña es un monumento funerario de estilo renacimiento realizado por Diego de Siloé en 1519, y que se encuentra en la Capilla de Santa Ana (también llamada de La Concepción) de la Catedral de Burgos (España).


Hoy se recuerda a Acuña por su capilla funeraria, el imponente retablo de Gil de Siloé donde figuran él y su blasón en lugares destacados y por su sepulcro, con la figura del obispo con vestiduras pontificales y báculo en la mano descansando sobre el lecho en la parte superior del monumento apoyando su cabeza sobre dos almohadones. Una inscripción rodea el lecho del yacente.
El bulto no es un retrato de su imagen, por el tiempo transcurrido de su muerte, y probable en el retablo se refleje su imagen de sus últimos años de vida con mayor veracidad.
En el sepulcro predomina la concepción horizontal, con una cama de muy poca altura, con paredes cóncavas al estilo papal.

El stiacciato o schiacciato (relieve aplanado
Una técnica escultórica que permite realizar un bajorrelieve con una variación mínima (a veces se habla de milímetros) respecto al fondo. Para dar al espectador la ilusión de profundidad, el espesor disminuye gradualmente a partir de primer plano hasta el fondo.

Los laterales presentan una distribución de tres relieves por costado en los que se representan esculpidas las siete Virtudes, mediante alegorías femeninas, y una Sibila. En la Antigüedad se denominaban “sibilas” “a todas las mujeres vírgenes dotadas de dones proféticos, particularmente a las sacerdotisas de Apolo, tales como la pitonisa de Delfos que vaticinaban sobre el trípode. La Sibila del sepulcro lleva entre sus manos una cartela con las profecías de la llegada del Mesías. Estas alegorías de las cuatro Virtudes Cardinales y las tres Teologales, aparecen como humildes mujeres sentadas de perfil en el suelo, sobresaliendo la Fortaleza y la Sibila por sus bellas cabezas, y la Caridad que abraza un niño. El tema de las Virtudes, se desarrolló en la fachada de las iglesias románicas y góticas de Francia, para luego pasar a Italia, donde el Renacimiento lo colocó como motivo de la escultura funeraria. La Caridad acoge a los niños, la Esperanza es una mujer que alza sus manos al cielo, la Fe aparece con el cáliz, la cruz o los dos juntos, la Fortaleza con una columna quebrada entre sus manos recordando a Sansón, la Justicia con la balanza y espada, la Prudencia con el espejo y la serpiente, y a la Templanza vertiendo agua en una copa con vino.


Con este sepulcro de Luis de Acuña Diego, Siloé ejerció gran influencia en su antiguo maestro y gran rival Felipe Vigarny, que utilizó este mausoleo como modelo para el sepulcro del canónigo Gonzalo Díez de Lerma cuatro años después, dotándole de su personalidad.

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